¿Sabrías reconocer si una mujer está sufriendo un infarto?

Los síntomas de un ataque al corazón en las mujeres son algo diferentes; eso hace que no sepamos identificarlos bien y que la mortalidad sea más alta que en el caso de los varones. Te damos algunas pistas, no te las pierdas: pueden servir para salvar vidas.

Cada año mueren más personas en el mundo por enfermedades cardiovasculares que por cualquier otra causa, según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), sean hombres o mujeres. Y España no es una excepción: datos de un informe de la Sociedad Española de Cardiología reflejan que este tipo de dolencias constituyen la primera causa de muerte para el conjunto de la población española.

Dentro de estas dolencias cardiacas, el infarto de miocardio (lo que habitualmente llamamos ‘ataque al corazón’) es una de las más habituales. Se produce cuando la arteria coronaria, la que lleva sangre con oxígeno al corazón, está completamente obstruida. Cuando el músculo cardíaco deja de recibir oxígeno, no se regenera y muere. Y, con él, su propietari@, si no se detecta a tiempo.

 

Las mujeres morimos más

Hasta hace unos cuantos años, las féminas teníamos menos acceso a cargos laborales con una elevada responsabilidad, por lo que la carga de estrés (que no de trabajo) se consideraba inferior. Además, el consumo de tabaco y alcohol, ambos también factores de riesgo para sufrir un infarto, eran menos comunes. Eso hacía que la incidencia de este tipo de cardiopatías entre las mujeres fuera menor: menos casos, menos graves, menos fallecimientos.

Pero con la incorporación plena al mercado laboral de la mujer (combinado en la mayor parte de los casos con buena parte del cuidado del hogar y de los hijos), su posicionamiento en lugares de cada vez mayor responsabilidad (¡bienvenido estrés!), además de un consumo de tabaco y alcohol cada vez más elevado y la presencia de diabetes e hipertensión, está haciendo que las enfermedades coronarias y los infartos causen estragos también entre las mujeres.

Y la situación es peor todavía: de nuevo según la Sociedad Española de Cardiología, la mortalidad tras un primer infarto agudo de miocardio es un 20% mayor en mujeres. Así, el porcentaje de hombres que mueren de infarto entre los 35 y 74 años, sobre todo en las primeras horas o durante el primer mes después del infarto, es del 46%. Entre las mujeres, el índice de mortalidad es más alto y alcanza el 53%.

 

¿Y eso, por qué?

Pues parece que hay varias razones. Primero, se ha demostrado que las mujeres tardan más en acudir al especialista. Tras sufrir infarto, la atención que se presta durante las primeras horas es clave: los anticoagulantes que se administran actúan mejor durante la primera hora. Por ello, el factor tiempo es básico para evitar consecuencias permanentes o letales.

Pero el problema no es que las mujeres seamos especialmente sufridas y aguantemos estoicamente a pesar de estar sufriendo un ataque al corazón, ¡es que no sabemos identificarlo!

Los síntomas femeninos a veces difieren de lo que conocemos como ‘típico’ a la hora de sufrir un ataque al corazón, a saber: sensación de opresión o dolor en el pecho que se extiende al cuello y al brazo izquierdo. En realidad, este síntoma es sólo uno de los que se asocian a los infartos en una mujer, que pueden manifestarse de otras maneras diferentes.

 

Otros síntomas de infarto en las mujeres

En el caso de las mujeres, las señales de alarma ante un infarto, son algunas más:

  • Dolor en garganta, mandíbula, cuello o espalda
  • Dificultad para respirar
  • Vómitos o nauseas
  • Dolor abdominal
  • Hormigueo o dolor en los brazos, no siempre en el izquierdo
  • A veces: mareo, fatiga inusual, palpitaciones, sudoración o pérdida del conocimiento

 

En ocasiones, y en los días previos a sufrir un infarto de miocardio, a veces se experimentan síntomas parecidos a una gripe, como debilidad, malestar general o insomnio.

 

Ahora que sé cómo es, ¿qué hago si me encuentro en la situación?

Tanto si te ocurre a ti misma o a otra mujer (u hombre: se identifica más fácil el infarto pero las consecuencias pueden ser igualmente fatales si no se actúa a tiempo) es fundamental intentar mantener la calma:

  • Pedir ayuda o llamar a los servicios de emergencia
  • Seguir las instrucciones mientras esperas a la ambulancia
  • Que la persona afectada no se quede sola
  • Que respire con normalidad
  • Si ya dispone medicación para el corazón, que se la tome (si no, puede tomarse una aspirina)
  • Si la situación empeora, realiza una reanimación cardiopulmonar (si no sabes, pide a los servicios de urgencia que te expliquen cómo hacerlo)

¿El seguro me cubre en caso de infarto?

El sector asegurador dispone de varias opciones para proteger nuestra salud, nuestra vida y el futuro de nuestras familias, también frente a un ataque al corazón. En primer lugar, por supuesto, tenemos el seguro de salud, que nos ofrece asistencia sanitaria especializada cuando la necesitamos. Sin embargo, la contratación del seguro debe ser previa a cualquier dolencia cardiaca. Si lo contratamos después, cuando ya conocemos el problema, la compañía puede considerarlo una preexistencia, y no cubrir nada relacionado con esa enfermedad. Y no vale con ‘ocultar’ el problema y hacer como si no lo supiéramos: el efecto sería el mismo y los servicios asociados al tratamiento de esa dolencia estarían excluidos.

Por otro lado, para cubrir la vertiente financiera, tenemos el seguro de accidentes, que busca garantizar un capital en caso de muerte o invalidez del asegurado. Pero, importante: el ataque al corazón no se considera un accidente sino una enfermedad por lo que, en principio, no tendría cobertura. Pero buena parte de las aseguradoras permiten añadir el infarto como una garantía opcional, con lo que sí quedaría cubierta.

Por último, está el seguro de vida, que se ocupa de que nuestros herederos reciban una indemnización ante nuestro fallecimiento, sea por accidente o por enfermedad. Es más, algunas entidades incluyen una garantía específica (de ‘enfermedades graves’) que permite recibir el capital asegurado no sólo en caso de fallecimiento o invalidez, sino también sólo por el hecho de haber sufrido un ataque cardíaco.

En todos estos casos, es necesario que el contrato asegurador contemple las opciones adecuadas y ajustadas a cada situación por lo que, si estamos interesados en estas protecciones, mejor contar con un mediador de seguros profesional que nos asesore.