Las comisiones más caras y baratas que cobran los brókers por tus ahorros

 

La pandemia está cambiando muchas cosas. Una de ellas tiene que ver con las finanzas de las familias. La incertidumbre planea sobre muchas de ellas y, quien más, quien menos, opta por el ahorro. Y busca la mejor fórmula para sacar el máximo. Una de ellas tiene nombre propio: brókers.

A finales de noviembre, y según datos del Banco de España, la cantidad que los españoles han guardado en la hucha suma 899.900 millones de euros. Se trata de un 6,87% más respecto al mismo periodo del año anterior. Dicho de otra manera, máximo histórico.

Respecto a dónde van esos ahorros, el perfil es de lo más variado. Los hay más conservadores, que prefieren optar por productos con menor rentabilidad, pero que no supone demasiado riesgo, o un riesgo excesivo. En 2020, esta opción aumentó en 57.000 millones de euros.

 

Otro dato que corrobora que hay quien prefiere nadar y guardar la ropa con sus ahorros lo aporta el Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, la tasa de ahorro de los hogares llegó al 31,1% de su renta disponible en el segundo trimestre de 2020. Se trata de 13,7 puntos porcentuales más que en el mismo periodo del trimestre anterior. Los depósitos, con mínimas rentabilidades e, incluso, hasta negativas por la caída de los tipos de interés, siguen estando a la cabeza.

Sin embargo, en el otro lado de la balanza están aquellos otros ciudadanos que buscan mayores rentabilidades. Que prefieren aplicar aquello de que quien no arriesga, no gana. La renta variable es su razón de ser. Ahí está el mercado bursátil. Las acciones pueden ser su hábitat natural. Pero también hay otros productos, más complejos.

 

BRÓKERS PARA TODOS

La tarta a la que pueden acceder aquellas personas que quieran arriesgar su dinero es de lo más variada: acciones, fondos de inversión, derivados… La propia entidad en la que tiene depositada sus ahorros puede ser el trampolín para dar el estado a la renta variable.

Pero, en un mundo cada vez más digitalizado, también están los brókers online. Incluso, las entidades financieras de toda la vida los tienen. En este caso, y fruto quizás de ese interés de las personas por sacar algo más a sus ahorros, las plataformas para invertir en bolsa han conseguido récord de beneficios.

Antes de dar el paso, conviene saber que tienen sus pros y sus contras. Hay un dato que así lo corrobora: tres de cada cuatro pequeños inversores acaban teniendo pérdidas al invertir en CFDs, por ejemplo. Por eso, no conviene dar palos de ciego, y entender cuáles son los riesgos.

 

El abanico que ofrecen es muy amplio: desde acciones en Bolsa, tanto españolas como extranjeras en bolsas internacionales, forex, CFDs, materias primas, futuros, opciones… Pero, parafraseando la frase de una famosa serie de televisión, que decía que la fama cuesta, en este caso, obtener rentabilidades, también. Y el riesgo puede significar, incluso, rentabilidades negativas. Conviene recordarlo una vez más.

En el caso concreto de la compra de acciones, las plataformas online suelen poner sobre la mesa la gratuidad a la hora de comprarlas. Pero, si se realizan otro tipo de movimientos, por ejemplo, si se retira dinero, cobran por ello. También pasan ‘factura’ cuando operan con otro tipo de productos.

 

INFORMACIÓN BÁSICA

Hay una serie de puntos que son fundamentales para tratar de no caminar sobre el alambre cuando se opta por este sendero. Conviene informarse sobre la empresa que está detrás del bróker, por ejemplo. En ocasiones están regulados por organismos europeos. En el caso de Plus500, es un bróker regulado en Chipre que cotiza en la Bolsa de Londres. XTB, por su parte, está regulado por la CNMV, en España. Como DeGiro.

Interesante también es saber dónde localizan sus inversiones, si es en el mercado nacional, o en mercados internacionales. Algunas de ellas, para hacer más fácil su uso, disponen de cuentas demo, gráficos interactivos, tipos de órdenes que se ofrecen, actualizaciones…

Al igual que sucede con otros sectores, estos brókers son intermediarios. Y, como tales, se llevan sus comisiones, que van desde gastos de custodia, hasta canon de bolsa, cobro por dividendos, retirada de efectivo… Incluso hay quienes tienen coste de mantenimiento por inactividad. Por eso, hay que saber jugar las cartas para ganar la partida. Diversificar puede ser caro o barato. Y si se utiliza la táctica de tacita a tacita, es decir, ir sumando poco a poco, las comisiones pueden comerse la pretendida rentabilidad.

Según Bolsas y Mercados Españoles (BME), durante 2020, el volumen de negociación en renta variable española se acercó a los 430.000 millones de euros. Se trata de un 8,6% menos que en 2019. Pero el número de transacciones fue de 55,7 millones, un incremento de casi el 50%. Nuevos players que quisieron probar este atractivo, pero arriesgado ‘juego’.

Como muestra, un botón. Antes del famoso crack del 29, dicen que un limpiabotas le recomendó a Rockefeller dónde debía invertir su dinero. Entonces, el multimillonario dijo aquello de que “cuando mi limpiabotas invierte en bolsa, yo lo dejo todo”. Entendidos en bolsa, haberlos, haylos. Pero el desequilibrio entre conocimiento y riesgo puede jugar malas pasadas. Más con una cartera de productos tan variada y compleja. Dicho de otra manera, hay que tener información y cierta formación a la hora de invertir.

 

Fuente: Merca2